Discurso de incorporación: “Cuando la lengua cruza el río”
Abstract
Soy hija de inmigrantes judío-polaco-alemanes expulsados de su lengua-tierra. Mis abuelos y también mis padres, entonces niños, tuvieron la fortuna de sobrevivir a la industrialización de la muerte que intentó eliminar el derecho a ser distinto. Ya en Chile, mis padres adoptaron la lengua castellana como propia. Yo en cambio, crecí con el castellano chileno en el cotidiano y con el alemán de refilón, cada vez que mis padres lo usaban para discutir asuntos que según ellos no me incumbían. La atracción por romper el cerco de esa censura, activó en mí un proceso intuitivo de aprendizaje respecto al alemán. Así fue como asimilé el hecho de que la palabra censurada se abre a punta de porfía, urgencias y creatividad, asunto que mucho me ayudó en época de dictadura. Esa circunstancia, más el haber aprendido un buen inglés en el colegio y más tarde el hebreo y el portugués brasilero gracias a una beca de la Universidad Hebrea de Jerusalén, me abrió a la posibilidad de transitar imaginarios distintos. Es decir, de recoger en la lengua propia todo lo que en las distintas a ella puede ser llave y posibilidad de expresión.