Introducción
Mónica Munizaga y Felipe Munita
Universidad Austral de Chile
Hacia finales de la primera década de este siglo, se hacía cada vez más evidente el surgimiento de un fenómeno bastante nuevo en el contexto nacional, caracterizado por una doble vertiente: literaria y socio-educativa. Nos referimos a la emergencia y progresiva consolidación de una literatura específica para la infancia y la juventud, por una parte, y al desarrollo de programas y proyectos público-privados para fomentar la lectura en esos grupos etarios, por otra. En ese contexto, comenzaba a erguirse tímidamente un cierto “campo” que fusionaba los dos ámbitos recién mencionados, entendiendo por campo aquel “sistema de relaciones que se establecen entre los agentes del sistema de producción intelectual” (Bourdieu, 2002: 31) en un determinado ámbito. Así, al progresivo aumento de la producción literaria nacional para la infancia y la juventud, se sumaba la creación de interesantes proyectos editoriales en torno a esta literatura, el aumento de espacios de circulación para esos libros (bibliotecas CRA y bibliotecas públicas, entre otros), el surgimiento de fundaciones y otras instituciones focalizadas en el fomento de lectura (con el consabido aumento de proyectos en este ámbito), e incluso el desarrollo de los primeros postítulos de especialización para mediadoras(es) de lectura que se ofrecieron en nuestro país.
Lo anterior tuvo un interesante correlato al interior de la Universidad Austral de Chile. Fue así como, en el periodo 2009-2010, surgieron las primeras asignaturas de carácter optativo sobre literatura infantil y lo que en ese momento aún llamábamos “animación” a la lectura, alojadas en la carrera de Pedagogía en Lenguaje y Comunicación. También en esos años, se desarrolló un primer taller de formación de mediadores de lectura, denominado “Lecturas que trae el río”, financiado por la -en ese entonces- Dirección de Extensión de la universidad.
En ese contexto, y muy influenciados por la idea que por esos años planteaba María Teresa Andruetto, acerca de que la literatura de un país no solo se hace con escritores sino también con otros agentes como formadores, mediadores, críticos o lectores (Andruetto, 2009), surge el interés por construir un espacio que fuese a la vez de formación para las y los mediadores de la recientemente creada Región de Los Ríos, y de intercambio y socialización de experiencias entre esos mismos actores. Surgió entonces el Encuentro de Mediadores de Lectura de la Región de Los Ríos, cuya primera versión fue realizada en 2011 y la novena (y última, hasta la fecha) en noviembre de 2023.
El presente monográfico proviene de esa instancia de formación y socialización en torno a la literatura infantil y juvenil y la mediación de lectura. Decimos lo anterior pues aquí se reúnen
textos presentados por sus autores y autoras en diversas versiones del Encuentro. Son, pues, textos cuyo origen fue la palabra hablada, y que, por lo mismo, presentan muchas marcas propias de la oralidad que nos pareció atractivo dejar para evidenciar su nacimiento en tanto ponencias o conferencias dichas frente al público de esos encuentros.
El monográfico abre con un artículo de Sebastián Santander, en el cual su autor nos invita a reflexionar sobre los roles de género presentes en los libros que se seleccionan tanto en las bibliotecas como en las escuelas, planteando con esto la importancia de mirar la literatura como transmisora de identidad, ideologías y cambios.
Luego hay dos ensayos escritos por autoras relevantes en el panorama actual de la literatura latinoamericana contemporánea para la infancia: Paula Bombara y Carola Martínez. El ensayo de Bombara es un texto en prosa, pero tremendamente poético, que reflexiona sobre el silencio y, a partir de ahí, lanza algunas ideas en torno al encuentro de las y los lectores con los textos. Lo hace dialogando con algunas escritoras que, como ella, exploran en sus textos ese diálogo entre lo dicho (la literatura) y lo no dicho (el silencio que la propia literatura convoca, o que reverbera en el lector a partir del encuentro con los textos). Por su parte, el de Martínez, presentado en la más reciente versión del Encuentro, es un texto que toma como punto de partida la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Chile para reflexionar acerca del sustrato político de la escritura literaria, en general, y de la escritura para la infancia, en particular. En ese marco, la autora ofrece un paneo de algunas obras que, en Argentina y Chile, han marcado la manera en que la literatura para la infancia se ha acercado (o no) a la temática de las dictaduras militares.
El dossier continúa con dos notas escritas por algunas de las más importantes “agentes dobles” (Cañón, 2016) del sistema literario infantil en Latinoamérica. Nos referimos a Beatriz Helena Robledo y Graciela Bialet, quienes además de haber escrito obras literarias para la infancia han realizado un importante trabajo para promover y legitimar esa literatura en toda su valía estético-literaria, así como también en su dimensión ideológica y política. Robledo entreteje una experiencia personal de su infancia con historias de lectura provenientes de diversos espacios de mediación, para llevarnos luego a pensar en el mediador o mediadora de lectura como un explorador de textos cargados de sentido para sus posibles lectores. Bialet, en cambio, lleva la mirada a algunas situaciones históricas y a ciertos lineamientos de políticas públicas en torno a la LIJ (literatura infantil y juvenil) para, desde allí, articular una reflexión en torno a este sistema literario.
El presente trabajo cierra con dos textos concebidos a la manera de itinerarios o viajes que buscan sintetizar el Encuentro en sí como también relevar obras de algunos de los y las autoras que han pasado por allí. Así, el texto de Mónica Munizaga propone un viaje gráfico por las diversas versiones del Encuentro de Mediadores, tejiendo su historia a partir de fotografías tomadas durante más de una década de vida de este evento. Por su parte, Marian Lutzky nos invita a transitar por el concepto de lecturar, acuñado por María Emilia López y a partir de ahí nos lleva a recorrer obras de algunos de los autores y autoras invitadas a las distintas versiones del Encuentro.
Esperamos, pues, que esta publicación sirva, en primer lugar, para dejar registro y testimonio de un espacio de reflexión que ha sido fundamental para muchas personas que día a día se dedican al encuentro de niñas, niños y jóvenes (en algunos casos, también adultos) con
los libros y la literatura. Junto a ello, esperamos que los textos aquí reunidos puedan aportar al desarrollo progresivo de una reflexión en torno a la LIJ y la mediación de lectura, que permita proyectar nuevas vías de desarrollo para quienes trabajamos en este campo.
Bibliografía
Andruetto, María Teresa (2009). Hacia una literatura sin adjetivos. Córdoba: Comunicarte. Bourdieu, Pierre (2002). Campo de poder, campo intelectual. Buenos Aires: Montressor.
Cañón, Mila (2016). “Mirar con caleidoscopio. La figura del autor en la literatura para niños.” En Cristina Blake; Sergio Frugoni (coords.): Literaturas, Infancias, y mediación. La Plata: FaHCE -UNLP y Vuelta a Casa.