DELIA DOMÍNGUEZ: DISCURSO DE RECIBIMIENTO
Escrito para declarar el recibimiento del poeta
Sergio Mansilla Torres a la Academia de la Lengua*
Aproximaciones
El frío de los bosques, en mí lo llevaré hasta que muera.
Bertolt Brecht
Sin embargo te advierto que estamos cosidos
A la misma estrella
Estamos cosidos por la misma música tendida
De uno a otro.
Vicente Huidobro
Salí a encontrarte hijos por la tierra,
Salí a cuidar caídos con tu nombre de nieve
Salí a hacer una casa con tu madera pura.
Pablo Neruda
Todo eso te digo, Sergio Mansilla Torres, porque llevarás el frío de los bosques hasta que el vidrio de la escarcha corte la niña de tus ojos. Y Huidobro confirma que, por destinación, estamos cosidos a la misma estrella, sin duda, a la polar antártica y, por último, o primero y último, Neruda que te saca a buscar hijos por la tierra para que hagas una casa con “tus maderas puras”. Y esa carpintería está pegada a ti como los clavos de tingle chupados con saliva para aceitar el ajuste de las tablas machiembradas.
¿Qué más directo el recado recadito de los padres mayores? ¿Cómo esquivar el golpe si esa fidelidad a tus raíces es un espejo étnico y —la identidad irreverente— conservada desde las chapas de infancia, cuando tus abuelos y los míos carenaban las cuadernas de ciprés de Las Guaitecas, para salir navegando a conseguir la intransable libertad, el amor —la fecundidad en su sentido puro— sin otra brújula que la rosa de agua abierta en el temblor de la aguja magnética calada en esta latitud sur?
¿Qué más interrogantes, joven poeta, como diría Rilke, si la partera te amarró el ombligo con ñocha originaria de las huertas de Achao?
Colores, Víctor Gutiérrez
Bien, hasta aquí, estas argumentaciones entre necesarias para establecer territorios australes que siempre revelan —en blanco y negro— el retrato hablado de un cristiano bien parado en sus pies, que saca pecho por antigüedad de sangre, por nobleza ganada en cuero limpio, solo y taimado en su soledad, ajeno a honores y favores logrados en bailes de máscaras donde se coronan cabezas con papel picado.
Segunda Parte
Ahora, al hueso, o sea, al personaje mismamente tal. Sergio Mansilla nació en Achao (provincia de Chiloé) el 29 de mayo de 1958, dos años antes de los cataclismos de 1960.
Cito:
Cuando llegó la noche, parecía que sólo los no nacidos y los muertos habitaban las casas abandonadas. Los vecinos se juntaron e improvisaron carpas en los descampados, bajo un cielo que ya miraba los exilios presentes futuros […] Y sobre el techo de una bodega iba un perro como un solitario marinero por los océanos secretos del tiempo.
Sergio: C. I., RUT y Pasaporte 8.382.595-2, talla 50, zapatos N° 41. Hijo de don Tulio Armando Mansilla Ojeda y de la señora Elva (sic) Edilia Torres Ortega; aprendió las primeras letras en el Silabario del ojo (o silabario Matte), con gran celeridad porque una de sus obsesiones de infancia era leer “El ratón agudo”, por razones de inteligencia.
Muy avisado de cabeza —por gracia de Dios— rindió humanidades en el Liceo Achao; pero su salto cualitativo a la literatura fue en Castro, Taller Aumen, dirigido por los poetas Carlos Trujillo y Renato Cárdenas, para iniciar después de una carrera, varias carreras universitarias que, entre desafíos y proezas, lo situaron, lo sitúan —subrayo— entre los poetas jóvenes de Hispanoamérica que ya no son “promesas” ni artistas inscritos en el Servicio Adular Obligatorio de la Santísima Televisión.
Como fundamento de mis afirmaciones, Mansilla Sergio, luce un currículum que el más pintado intelectual envidiaría (14 páginas de tamaño oficio).
Algo resumo, sin caer en cancioncitas celebradoras, porque hoy los dueños de la palabra, en esta solemne ceremonia de incorporación a la capilla del pensamiento ilustrado nacional e internacional, son el señor Director de la Academia Chilena de la Lengua y Presidente del Instituto de Chile, son Alfredo Matus Olivier y los dos escritores académicos entrantes.
Tercera parte y final (datos precisos)
- Sergio Mansilla es actualmente profesor de español y literatura en la Universidad de Los Lagos, de Osorno, Chile.
- Además y, por sobre-encima, como se dice en el campo, es Dr. en Filosofía (Ph. D.) en Lenguas Romances y Literatura por la Universidad de Washington, Seattle, marzo de 1996.
- Master of Art, en la misma Universidad norteamericana.
- Su tesis doctoral fue: Poesía del Sur de Chile 1975 – 1995. El paraíso vedado o el deseo de un lenguaje y de una historia imposible.
Áreas de especialización:
- Poesía hispánica del S. XX (énfasis en la poesía chilena post años 60).
- Crítica, estética y teoría literaria (nexos entre poesía, historia y sociedad).
- Literatura española del Siglo de Oro. Cervantes y Quevedo, la esencialidad de la lengua.
Otras actividades en Educación Superior (postgrado):
- Dirección de tesis de Magíster en Pedagogía Universitaria en la Universidad de Los Lagos.
- Profesor que enseña a pensar el aire de la cultura en alguna maestría en Ciencias Sociales.
Y, para terminar este resumido recuento, un suceso notable: profesor invitado por la Universidad de Göettingen (Alemania) para dictar un curso monográfico sobre poesía chilena post Neruda en las provincias del Sur de Chile.
Además (y esto va pareciendo “cuarta parte”), Sergio Mansilla es ensayista, crítico literario, cronista, investigador de lenguas (conoce cuatro idiomas: inglés, francés, portugués) y, naturalmente, la nuestra-suya Madre.
Opinión personal: Mansilla lleva en su escritura la realidad del ser nacional en una coherencia conceptual que liga magia, conjuros, supersticiones y mitos. Es fuerte su canto, apegado a raíces étnicas de las que jamás “desniega”. Yo, después de darlo vuelta desde los pañales hasta el lujoso impermeable que trajo de Nueva York, afirmo y declaro que Mansilla Torres es el Coloane de la poesía patagónica, de esos lugares donde termina el mundo, o donde empieza. Tales son su coraje y la teta desde donde mamó las leches oceánicas que afirmaron para siempre su huesera y la sal de sus palabras.
Cae el telón, señoras y señores, porque hoy entra joven airoso a la Academia Chilena de la Lengua, este poeta amparado por “La Cruz del Sur”.
En Osorno de Chile,
año de lluvias por el 2001